En este día tan caluroso, con temperaturas que alcanzaban los cuarenta grados, el único lugar al que podía ir para observar aves tenía que ser cerca de la playa. El destino de hoy era la playa de Montijo, entre Chipiona y Sanlúcar. La marea estaba alta cuando llegué, lo que me permitió acercarme bastante a las aves, o mejor dicho, las obligó a ellas acercarse a la orilla. Por supuesto, había principalmente limícolas. Me alegré de ver una docena de ostreros en busca de alimento.












Hoy no había unas condiciones ideales para observar aves, pero afortunadamente regresé a casa con algunas fotos decentes.
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