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Las aves en los humedales recuperados cerca de Doñana

  • hace 2 días
  • 5 Min. de lectura

Entre Trebujena y Sanlúcar de Barrameda hay una zona que ha cambiado por completo en muy poco tiempo. Frente a la conocida finca de Veta La Palma y justo al borde del Parque Natural de Doñana y la Zona de Especial Conservación (ZEC) del Bajo Guadalquivir, este espacio formaba parte de un humedal muy degradado, con mucho por recuperar. Hace no tanto, varios intentos de drenarlo para la agricultura fracasaron, dejando un paisaje dañado y salinizado. Pero todo eso empezó a cambiar con un ambicioso proyecto de restauración que se completó en 2024, financiado por el programa de Inversión Territorial Integrada (ITI) de Cádiz. Hoy, 260 hectáreas de marisma se han transformado en un mosaico vivo de lagunas, islas y canales.


Aves volando sobre un lago, con flamencos en el agua y montañas distantes.
Es un lugar donde siempre hay movimiento alado, sin importar la fecha

Águila pescadora volando con un pez en sus garras, sobre un cielo azul claro.
El águila pescadora es residente aquí

Águila pescadora parada en suelo seco y agrietado.


Humedales con vegetación verde, aguas tranquilas y colinas en el fondo.



Aves en vuelo sobre agua tranquila.
En verano, este sitio es el hogar de muchas agujas colipintas.


Ave en vuelo con plumas marrones y blancas en fondo blanco.


Ave en vuelo en fondo blanco, con otras aves borrosas detrás.


Gracias a la reintroducción de un sistema hídrico bien gestionado —que mezcla el agua de lluvia con el aporte salino del Guadalquivir—, este rincón que antes parecía perdido ha vuelto a la vida. Hoy en día alberga una variedad de humedales que, con el tiempo, podrían estar a la altura de los mejores sitios para observar aves en el sur de España. La restauración va más allá de las aves: también ayuda a controlar inundaciones, mejorar la resistencia al cambio climático y dar un impulso al desarrollo local. Pero para quienes ven el mundo con prismáticos, lo más emocionante es, sin duda, ver cómo regresa poco a poco la vida alada.




Garza posando sobre una barandilla de madera en un paisaje árido y nublado.
Garza real descansando sobre una pasarela de madera


Flamencos rosados caminan en el agua poco profunda de una laguna.
Otra especie residente: el flamenco común

Aves en zona húmeda: diversas especies caminan y buscan alimento en el agua.
Cigüeñuelas, agujas colinegras y avocetas buscan comida juntas

Charrán en vuelo con plumaje blanco y pico rojo, sobre fondo gris claro.
Pagaza piquirroja


Cigüeña y garza caminan en un lago poco profundo.
Una cigüeña blanca y una garza real vadean aguas poco profundas


Hide para la observación de aves de madera junto a un lago azul, rodeado de vegetación.
Hay algunos escondites en la zona, pero el acceso está restringido

Torre de observación de madera. Cielo azul despejado y agua en el fondo.
Puedes utilizar las torres de observación


Ave con plumaje marrón volando sobre un cielo azul claro.
Alcaraván

Cernícalo posado en un muro de piedra con fondo azul claro.
Con un poco de paciencia y suerte, alucinarás viendo cómo caza un cernícalo

Cernícalo volando en el cielo claro, sosteniendo algo en las garras.
Este pájaro ha atrapado un insecto grande


Cernícalo en vuelo sobre fondo azul claro, con presa en sus garras.
Otro cernícalo macho vuela con un pájaro en sus garras, justo delante de mí...

Cernícalo vuela con una presa en el cielo azul.
En pleno vuelo, la pequeña rapaz desgarra su presa


Una rapaz vuela en el cielo azul, sosteniendo una presa con sus garras. Plumas flotan alrededor.
El cielo se llena de plumas


Cernícalo vuela en el cielo azul con una presa en sus garras.
No estoy seguro de qué especie era el desafortunado pajarito, tal vez una lavandera boyera


Cernícalo volando en un cielo azul claro, con alas extendidas mostrando plumas marrones y negras.




He regresado a este lugar en diferentes estaciones durante el último año para ver cómo evoluciona y para observar los cambios en la actividad de las aves. Mi primera visita fue en pleno verano, cuando gran parte de la zona aún estaba en estado salvaje e inacabado. Regresé en la época más fría del año y, más recientemente, durante una estación más cálida. Cada visita me ofreció nuevos descubrimientos y contrastes estacionales. Es evidente que las aves también están descubriendo la zona poco a poco.


Flamenco rosado caminando en aguas poco profundas. Fondo de pasto y cielo azul.
Si te acercas con calma, los flamencos quizá te permitan estar bien cerca

Dos flamencos volando en un cielo azul claro.


Cigüeña en un nido alto, llevando ramas en el pico. Fondo azul claro.
Unas cigüeñas anidan cerca del río Guadalquivir


Dos grullas vuelan en un cielo azul despejado. Las aves están en pleno vuelo, con alas extendidas.
Unas grullas vuelan sobre la zona en invierno


Ave blanca con alas extendidas volando sobre el agua.
Avoceta aterrizando en el agua


Recuerdo haber visto grullas comunes descansando en uno de los campos circundantes hace años, durante su migración; entonces, una extensión de tierra completamente árida y sin apenas atractivo ecológico. Al volver allí hace poco, me costaba creer que fuera el mismo lugar. Ahora, la diversidad de agua y hábitat reintroducida sugiere un futuro prometedor. Si bien la población de aves aún no es abrumadora, sin duda está aumentando, y ya se puede compilar una lista considerable de especies.



Pájaro marrón con rayas en un camino de piedras, con fondo borroso.
Terrera común


Pájaro posado en alambre de espino con plumaje marrón, negro y blanco.
Tarabilla macho sobre alambre de púas

Espátula volando bajo sobre el agua azul.
Espátula

Gaviotas con picos naranjas descansando en una zona arenosa junto a un río azul.
Colonia de pagazas piquirrojas


Durante mis visitas, he visto una gran variedad de aves: limícolas que exploran con cuidado los bordes fangosos de las lagunas, patos nadando por las zonas más abiertas, rapaces que vigilan el terreno desde el aire y estallidos de cantos entre los juncos. También han aparecido algunas especies raras, lo que muestra el gran futuro que tiene este lugar a medida que más aves migratorias y reproductoras lo descubren.



Dos fochas negras con picos blancos nadan en el agua. Fondo de cañas doradas.
Una pareja de fochas en invierno

Gaviotas y aves blancas en banco de arena junto a agua azul.
Decenas de avocetas residen en los meses más fríos del año

Pájaros volando sobre un terreno árido con charcos de agua.
Los chorlitos patinegros también consideran este lugar un hábitat ideal


Ibis volando sobre marismas con fondo de vegetación difusa.
Morito

Pájaro blanco y negro en vuelo, fondo gris claro.
Una de las habitantes más ruidosas, una cigüeñuela común


A pesar de la creciente actividad aviar, es probable que los visitantes humanos sigan siendo una especie rara aquí. Francamente, la zona es brutal para el observador de aves ocasional. Algo que siempre fue igual en todas mis visitas, sin importar la época del año, fue la cantidad increíble de insectos que pican. Los mosquitos y tábanos te atacan en grupos, y parece que ni una buena cantidad de repelente los asusta. En cada ocasión, he salido del lugar con los brazos y las piernas llenos de picaduras. Es el tipo de lugar que exige compromiso, resistencia y quizás incluso un toque de masoquismo para disfrutarlo plenamente.



Grupo de aves pequeñas en charca fangosa, reflejadas en el agua. Vegetación verde en primer plano.
Un pequeño grupo de correlimos comunes buscando alimento


Dos patos con plumaje blanco, negro y marrón en un campo seco.
Dos tarros blancos


Familia de patos nada en un canal rodeado de vegetación verde.
Una familia de tarros blancos en primavera


Hay algunas plataformas de observación de madera y senderos señalizados, pero no hay sombra, lo que dificulta las estancias largas, especialmente en los meses más cálidos. Pero para quienes estén dispuestos a enfrentarse a los elementos (y a las hordas de insectos), la recompensa ya es notable. Y el futuro podría ser aún más prometedor. No puedo evitar comparar este lugar con las Marismas de Cetina, que se han convertido en un punto de interés con los años. Esta sección restaurada cerca de Trebujena tiene un potencial similar. Con el tiempo, las aves irán descubriendo el lugar y su número seguramente crecerá.



Pato moteado nada en agua marrón.
Uno de las dos cercetas pardillas que vi durante la primavera


Pájaro pequeño de plumaje gris y marrón posado en una rama seca.
Otra especie poco común en la provincia de Cádiz: la curruca tomillera


Pájaro marrón y gris posado en ramas verdes con fondo desenfocado y cielo claro.
Curruca tomillera

Pájaro pequeño posado en una rama con fondo de vegetación colorida.
Había al menos cuatro de estas maravillosas aves durante la primavera


Es una sensación curiosa ver un lugar en las primeras fases de su recuperación ecológica. Todavía se siente un poco áspero, sin las comodidades o facilidades habituales. Pero eso es parte de su encanto. No está refinado, ni pretende estarlo. Aquí, la naturaleza tiene espacio para volver, y aunque cueste un esfuerzo, vale la pena verlo.



Sendero de tierra bordeado por matorrales, junto a una laguna.
También prepárate para caminar bastante



Ave marrón y blanca camina sobre el agua, reflejada en la superficie.
Chorlito grande sacando algo comestible del barro

Dos aves pequeñas en la orilla lodosa, rodeadas de vegetación borrosa.
Chorlitos grandes


Pequeño pájaro vuela sobre un entorno natural verde y difuminado.
Avión zapador

Pato nadando en un estanque rodeado de plantas verdes.
Hembra de pato colorado


Aves zancudas en una laguna con plantas acuáticas.
Una avoceta se acercó a dos cigüeñuelas en lo que parecía un momento tenso, pero todo pasó sin problemas


Pájaro posado en una valla oxidada con un barco desenfocado al fondo.
A un paso de Doñana conviven rutas marinas y hábitats de aves. En esta imagen, un buitrón.


Si eres un aficionado a la observación de aves en busca de nuevas aventuras, y no te importa recibir alguna picadura o sufrir algún contratiempo, mantén este lugar en tu radar. Aún no está listo para ofrecer una experiencia de avistamiento fácil, pero ya regala momentos inolvidables. Y quién sabe, quizás dentro de unos años, este humedal restaurado se convierta en uno de los mejores lugares para observar aves de la región.

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