Pájaros y flores a lo largo del río Campobuche, una verdadera fiesta de primavera
- 29 abr
- 3 Min. de lectura
La primavera está en su mejor momento y la naturaleza te regala un espectáculo que no puedes dejar pasar. Hace poco di un paseo por el río Campobuche en Grazalema; estaba lleno de vida. Nada más llegar, me llamó la atención el fuerte olor a hierbas y flores silvestres. Por mucho que lo intentes explicar, ese olor hay que vivirlo. Con tantos colores y aromas por la primavera, estaba claro que no solo los humanos lo apreciaban.



Por todas partes se escuchaban pájaros cantando. Era como un concierto al aire libre, con muchas especies participando al mismo tiempo. A lo largo del río se oían petirrojos, mosquiteros papialbos y chochines, cada uno con su propio sonido.




Pero no se trataba solo del sonido. Las aves también estaban muy activas. Lo que más me llamó la atención fue la cantidad de pájaros que vi alimentándose o recogiendo comida. Claramente había muchos insectos, y las aves los aprovecharon al máximo. A veces pasaban tantas cosas a la vez que casi no tenía suficientes ojos ni manos para seguirlo todo.




Uno de los mejores momentos fue cuando vi una alondra totovía. Había atrapado dos presas grandes: una araña gorda y un saltamontes grande. El ave permaneció quieta, como si quisiera mostrar con orgullo lo que había atrapado. Poco después, voló a una roca cercana para comérselo.





Otro momento especial fue cuando un águila culebrera sobrevoló con una serpiente en el pico. La ágil fuerza del ave y sus magníficas habilidades de caza fueron realmente impresionantes y mostraron cómo la naturaleza equilibra la vida y la muerte de una manera cruda pero elegante.



Y, por supuesto, también había algunas aves que no se ven ni se oyen a menudo en Campobuche. Tuve la suerte de oír al cuco: su canto típico es reconocible al instante y anuncia la llegada de la primavera cada año.

Se volvió aún más emocionante cuando aparecieron los abejarucos. Cruzaron rápidamente el aire y su plumaje de colores brillantes contrastaba con el cielo azul como telón de fondo. Era fascinante observar sus acrobáticos movimientos de vuelo mientras cazaban insectos.





Uno de los momentos más emocionantes fue cuando escuché a una pareja de oropéndolas. Aunque estaban escondidas entre las ramas altas y no pude verlas bien, sus cantos claros y bonitos se oían perfectamente. Fue un buen recordatorio de que, en la naturaleza, a veces se disfruta tanto con los oídos como con los ojos.




Además de las aves, el río parecía tener otro residente: un meloncillo. Lo vi varias veces moviéndose rápido entre la vegetación, cerca del agua. Aunque solo aparecía por momentos, ver un animal así en libertad le daba al lugar un aire aún más salvaje.


Toda la experiencia dejó una impresión duradera de un paisaje lleno de vida. Los olores, los colores, la cantidad de insectos y la actividad de las aves hicieron que el paseo por el río fuera mucho más que un simple paseo: una aventura para todos los sentidos.



¿Tienes muchas ganas de conocer este precioso rincón de Grazalema? Entonces te recomendamos una excursión con Birdwatch Cádiz. Con alguna explicación extra muchas veces podrás ver mucho más y hacerte una mejor idea de todo lo que hay por descubrir en primavera.


Cuantas especies! Que bonitos encuadres y fotazas!