Esta mañana salí temprano para explorar una nueva zona, cerca del hermoso Embalse de Arcos de la Frontera. Es necesario empezar temprano porque en la provincia de Cádiz empieza a hacer mucho calor, incluso antes del mediodía. Esta fue mi primera visita a la zona y, aunque esperaba ver algunos avistamientos interesantes, mantuve mis expectativas bajas.
Un comienzo temprano
La madrugada comenzó con un hermoso amanecer que tiñó el cielo con suaves tonos rosas y naranjas. La temperatura todavía era agradablemente fresca, un cambio bienvenido respecto al intenso calor que seguiría más tarde ese día. Entré en la playa artificial junto al club de kayak, con curiosidad por saber qué me depararía el día.

La cogujada de cerca
Para mi sorpresa, tuve la oportunidad de tomar fotos de cerca de la normalmente tímida cogujada. A menudo es difícil acercarse a estas aves, pero tumbado en la arena mi presencia no parecía molestarlas. Cuatro ejemplares se acercaron bastante, aparentemente imperturbables, en busca de alimento. Fue un momento especial, tan íntimo y pacífico, casi como si los pájaros me aceptaran como parte de su entorno.


Mirlos ocupados y la luz de la mañana
Además de las cogujadas, también estaban ocupados algunos mirlos. Es evidente que estas aves todavía estaban construyendo sus nidos y se acercaron para recolectar materiales. Es admirable la cantidad de material que pueden contener en el pico al mismo tiempo. La luz de la mañana proporcionó hermosos colores en el embalse y los reflejos en el agua crearon una atmósfera mágica. En un momento incluso vi un globo aerostático volando sobre el agua, algo que añadió una dimensión muy especial a la mañana.




Garzas majestuosas y pájaros cantores escondidos
Cerca del agua vi varias garzas sobrevolando. Entre ellos se encontraban garzas reales, avetorillos y garzas imperiales. Estas majestuosas aves son siempre impresionantes con sus elegantes aleteos y su refinada apariencia. A lo largo del camino cerca del agua también escuché varios pájaros cantores escondidos entre los juncos. Aunque permanecieron prácticamente invisibles, su canto era inconfundible. Entre ellos se encontraban los carriceros, los herrerillos, los carboneros comunes y los ruiseñores.




Espectáculo de aguiluchos laguneros
Uno de los momentos más destacados del viaje de esta mañana fue ver un dúo de aguiluchos laguneros. Estas impresionantes aves rapaces me cautivaron durante un rato con sus gráciles maniobras en lo alto del cielo y sus vuelos de patrulla a baja altura sobre los juncos.





El relajante arrullo de la tórtola europea
También cabe destacar la presencia de tórtolas europeas. No vi estos pájaros, pero sus cantos sonaban claramente a través de los árboles. Siempre es una experiencia especial escuchar el sonido de un pájaro que no puedes ver, casi como si te invitara a adentrarte en el paisaje para descubrirlos.

Reflexiones y planes futuros
La visita de esta mañana al embalse de Arcos de la Frontera sin duda ha merecido la pena. La zona tiene una paz y belleza que invita a seguir explorando. Aunque solo vislumbré lo que esta reserva natural tiene para ofrecer, sentí curiosidad por regresar.



Estoy decidido a realizar una visita más profunda a esta zona en el futuro. Especialmente en primavera, cuando el calor aún no es un obstáculo para una caminata más larga, espero que aquí sea espectacular, por la variedad de aves, el ambiente sereno y la oportunidad de descubrir rincones aún más escondidos.

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