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El ritmo trepidante de la vida: la fascinante frecuencia cardiaca de las aves en Cádiz

La observación de aves en la provincia de Cádiz, España, ofrece una experiencia rica y variada, con sus diversos hábitats que atraen a una impresionante variedad de especies de pájaros. Desde las marismas costeras de Doñana hasta las ondulantes colinas de Los Alcornocales, Cádiz es un paraíso para los amantes de las aves. Pero más allá del plumaje, los patrones de vuelo y los cantos, hay un rasgo fisiológico fascinante que une a estas criaturas: sus rápidos latidos cardíacos.




¿Por qué las aves tienen frecuencias cardíacas tan altas?


El corazón de un pájaro late mucho más rápido que el de un ser humano. Mientras que el corazón humano late de media entre 60 y 100 veces por minuto en reposo, el de un pájaro puede latir cientos de veces por minuto, incluso cuando el ave está en reposo. Se necesita una frecuencia cardíaca aún más alta para soportar las elevadas demandas metabólicas durante el vuelo, que es una de las actividades que más energía consume en el reino animal.




Abubilla en vuelo
Una abubilla en vuelo, con su corazón latiendo a aproximadamente 750 pulsaciones por minuto



Las aves son criaturas endotérmicas, lo que significa que mantienen una temperatura corporal interna constante (que oscila entre 40 y 43 grados). Para lograrlo, deben generar una cantidad considerable de calor, lo que requiere una tasa metabólica elevada. El corazón es el motor que impulsa este proceso, bombeando sangre rica en oxígeno a los músculos que impulsan el vuelo y otras actividades. Las aves más pequeñas, que tienen una mayor relación superficie-volumen, pierden calor más rápidamente y, por lo tanto, tienen frecuencias cardíacas aún más altas para compensar.


Además, durante el vuelo, el ritmo cardíaco de un ave puede dispararse. Por ejemplo, el gavilán, una rapaz común en Cádiz, puede alcanzar frecuencias cardíacas superiores a las 1.200 pulsaciones por minuto durante la persecución. Esta increíble frecuencia cardíaca ayuda al ave a mantener el gasto de energía necesario para las rachas de velocidad y agilidad necesaria para capturar a la presa.




Cernícalo volando sobre los campos
Cernícalo vulgar en plena caza, con un ritmo cardíaco que alcanza los 1.300 latidos por minuto



Frecuencia cardíaca de las aves en Cádiz


Veamos con más detalle algunas de las especies de aves que se pueden encontrar en Cádiz y sus respectivas frecuencias cardíacas. A continuación, se incluye una tabla con 20 especies diferentes y sus pulsaciones cardíacas medias en reposo por minuto (PPM), ordenadas en orden ascendente, junto con ejemplos de su frecuencia cardíaca durante el vuelo o actividades de alta intensidad.



Especie de ave

LPM en Reposo

LPM en Vuelo

Buitre leonado (Gyps fulvus)

250

500

Alcatraz (Morus bassanus)

320

650

Garceta Común (Egretta garzetta)

340

700

Tórtola Europea (Streptopelia decaocto)

360

700

Azor (Accipiter nisus)

350

1,200+

Mirlo (Turdus merula)

370

800

Gaviota patiamarilla (Larus michahellis)

380

720

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)

400

1,300

Abubilla (Upupa epops)

420

750

Cogujada común (Galerida cristata)

450

850

Estornino común (Sturnus vulgaris)

450

900

Gorrión común (Passer domesticus)

460

900

Petirrojo (Erithacus rubecula)

480

800

Golondrina común (Hirundo rustica)

500

900

Carbonero (Parus major)

550

950

Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)

550

1,000

Herrerillo (Cyanistes caeruleus)

600

1,000

Vencejo común (Apus apus)

600

1,000+

Jilguero (Carduelis carduelis)

720

1,000

Buitrón (Cisticola juncidis)

800

1,100




Buitre leonado volando con las alas abiertas
Un buitre leonado, un ave enorme con una de las frecuencias cardíacas más bajas




La fisiología detrás del pulso


La diferencia de frecuencia cardíaca entre las distintas especies de aves está relacionada en gran medida con su tamaño y estilo de vida. Las aves más pequeñas, como el herrerillo o la golondrina común, tienen frecuencias cardíacas más altas para soportar sus movimientos rápidos y a menudo erráticos. Las aves más grandes, como el buitre leonado, tienen frecuencias cardíacas en reposo más bajas, lo que refleja su estilo de vuelo más lento y elevado y un menor gasto de energía cuando no están en busca activa de una presa.




Herrerillo sentado en un árbol
Herrerillo, con una frecuencia cardíaca estimada de 600 lpm en reposo



Durante el vuelo, especialmente durante actividades rápidas o extenuantes, la demanda de oxígeno aumenta drásticamente. Las aves satisfacen esta demanda aumentando significativamente su frecuencia cardíaca, lo que a su vez aumenta el suministro de oxígeno a sus músculos. Esta frecuencia cardíaca rápida durante el vuelo es una de las razones por las que las aves vuelan de manera tan eficiente, capaces de cubrir grandes distancias y realizar maniobras aéreas complejas.




Frecuencia cardíaca de las aves en comparación con la de otros animales


Al comparar la frecuencia cardíaca de las aves con la de otros animales, las diferencias son sorprendentes y ponen de relieve las exigencias fisiológicas únicas que se imponen a las especies aviares. Por ejemplo, un herrerillo, con una frecuencia cardíaca en reposo de 600 pulsaciones por minuto, supera ampliamente la del corazón de un ser humano típico, que en reposo late a tan solo entre 60 y 100 pulsaciones por minuto. Incluso durante una actividad física intensa, la frecuencia cardíaca de un ser humano alcanza un máximo de entre 160 y 220 pulsaciones por minuto, todavía muy por debajo de la frecuencia cardíaca en reposo de muchas aves pequeñas.


Animales más grandes, como los elefantes, tienen frecuencias cardíacas en reposo aún más bajas, de entre 30 y 40 pulsaciones por minuto, una mera fracción de lo que observamos en aves como el buitrón, cuyo diminuto corazón late a 800 pulsaciones por minuto en reposo. La comparación se vuelve aún más fascinante cuando observamos a otras criaturas de alta energía, como las abejas, que tienen frecuencias cardíacas de alrededor de 300 pulsaciones por minuto durante el vuelo, una frecuencia superada por muchas aves pequeñas incluso cuando están en reposo. Este marcado contraste subraya las increíbles adaptaciones que han desarrollado las aves, que les permiten satisfacer las inmensas demandas energéticas del vuelo, la migración y otras actividades de alta intensidad.



Un gráfico que compara la frecuencia cardíaca de un buitrón con la de otras especies


Animal

LPM en Reposo

Max LPM

Humano (Homo sapiens)

60-100

160-220

Gato (Felis catus)

120-140

220-240

Perro (Canis lupus familiaris)

70-120

140-180

Caballo (Equus ferus caballus)

28-40

240-250

Elefante (Loxodonta africana)

30-40

50-60

Aligátor americano (Alligator mississippiensis)

24-40

70-100

Pez dorado (Carassius auratus)

60-80

100-150

Abeja (Apis mellifera)

300

400-500

Buitrón (Cisticola juncidis)

800

1,100




Buitrón en los arbustos
Los buitrones tienen una frecuencia cardíaca casi tan alta como la de un colibrí



La próxima vez que veas un pájaro, tómate un momento para maravillarte con el pequeño y rápido corazón que impulsa su vuelo y admira la increíble biología que hace posible la vida de las aves.


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