Mientras guiaba a algunos entusiastas observadores de aves por la laguna de Torrox, inesperadamente vi un ave de presa volando a una altitud moderada. Inicialmente lo confundí con un cernícalo, considerando su prevalencia en esta zona. Tras una observación más cercana, me di cuenta de que en realidad era un gavilán. Si bien me he encontrado con estas aves anteriormente, presenciar una cargando un gorrión recientemente capturado fue una experiencia nueva para mí. Me alegro de haber podido capturar el momento, pero realmente esto me dejó un poco triste: supongo que es sólo un recordatorio conmovedor de las realidades de la naturaleza.

Me sorprendió un poco descubrir que era un gavilán, debido a la proximidad de este lugar a la ciudad. Sin embargo, está claro que esta laguna siempre ofrece sorpresas: he visto casi un centenar de especies diferentes por aquí, lo que la convierte en el punto de observación de aves donde personalmente tengo la lista de vida más larga, seguida de Costa Ballena en Rota.

Estas imágenes me recuerdan un encuentro similar que vi en el mismo lugar, cuando un cernícalo había agarrado una golondrina.
Aparte de este momento inolvidable, la visita de hoy no ha deparado muchas novedades. Vi 39 especies diferentes, pero menos individuos que en otras ocasiones, también porque ya estaba oscureciendo cuando volví al coche después de completar los cinco kilómetros de recorrido.





Comments